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El cine actual mexicano se está ajustando en diversas vertientes. Nuevas ideas surgen y con ello toda clase de propuestas; desde ideas innovadoras que con sinceridad buscan cambiar nuestras percepciones, hasta aquellas que no son mas que insistencias de bombardear al público con el uso de meros intentos de sacarlos de su realidad. Esas cintas sumamente escapistas de las que solo distraen sin realmente ofrecer una meditación más perdurable no conforman del todo al cine mexicano, pues como esta película aquí, sí hay narraciones que revolucionan.
Con una ya forjada carpeta de exitosos proyectos, Hernández Cordón se ha encaminado en entrar y escuchar a las sociedades sin voz, a los pueblos ignorados y alejados cuyo valor humano es tan importante como cualquier otro, pero que sin ninguna clase de resquemor se disfrazan al punto de que se vuelven invisibles. Sin desprenderse de su estilo de tejidos dolorosos, situaciones oscuras y personajes que con aullidos desmedidos piden socorro o simplemente desean ser atendidos, Hernández Cordón creativamente da vida a un drama ficticio de tono documental que interpreta la rígida vida de una realidad como pocas veces se ha visto.
La primera toma sitúa a los dos personajes protagónicos: Miguel (Diego Calva Hernández) y Johnny (Eduardo Eliseo Martínez) quienes provienen de estratos sociales diferentes y que desde un principio delatan que sostienen una relación amorosa. Ambos pasan su tiempo patinando con otros grupos de "skaters" y se dedican a donar sangre a una organización de narcotraficantes. Para aumentar sus ganancias, ellos reclutan a sus amigos y conocidos para donar sangre frecuentemente y que todos obtengan ingresos monetarios satisfactorios. De forma verosímil y vivencial, la historia se adentra y explora a la ciudad de México, entre sus calles, su gente y el estilo de vida que llevan, afrontándose a los problemas de cada día. El trabajo que estos jóvenes desempeñan parece estar funcionando hasta que un día tienen que afrontarse directamente con un narcotraficante de importancia más alta, momento donde las cosas salen de control. Este adentramiento a las zonas más grises de la ciudad otorga una eficiente explotación de matices oscuros, permitiendo la mejor comprensión de los retos de tener que ser un joven pobre y desesperadamente necesitado por salir adelante y poder mejorar las condiciones tan marginadas que no les dejan salir.
Este parece ser un gran trabajo de un cronista amante de los barrios de la ciudad, interesado por indagar lo que está más allá de lo que normalmente se observa y en introducirse por completo en este ambiente. A veces el tono documental que utiliza me recuerda a investigaciones antropológicas e incluso a los ensayos de Carlos Monsiváis y Carlos Fuentes que con ferviente interés reflejaban el amor a su pueblo y toda la carga emocional y cultural que inculcan y repiten. La película realiza una introspección a las tribus urbanas, esencialmente a la de los "skaters", recreando con tanto ímpetu su entorno y sus rituales al punto en que en varias escenas me sentí patinando a su lado.
La historia está encaminada en mostrar a sus personajes, señalar sus puntos débiles, para más tarde destruirlos en representación de cómo la juventud mexicana se desintegra en medida del contexto que los lleva a ello. México como un país de pobreza, personas necesitadas que se quejan y se enfrentan a las dificultades derivadas de la mafia y la corrupción que se vive es uno de los temas centrales; sin embargo es la relación homosexual que los protagonistas llevan, como muchos de los valores y las convenciones de las relaciones típicas son transgredidas de una forma como nunca había visto, pues es una clase de amor borroso y desquebrajado que con dificultad puede comprenderse, pero se entiende que gracias al machismo y vida conservadora del mexicano estas relaciones quedan teñidas de manchas y son limitadas con barreras que impiden que el amor sea como tradicionalmente es representado.
Después de la desaparición de docenas de personas en manos del crimen organizado, las críticas negativas se hacen presentes pues todo parece centralizarse en Miguel y Johnny, pero esta decisión de Hernández Cordón tiene la intención no de ver a este atroz acto como menos importante, sino peor aún, generar la terrorífica intriga de imaginar lo que pudo haber sucedido con estas personas. El desenlace al que las circunstancias guían tiene varias posibilidades y son objeto de discusión, pero sin duda que este trabajo logra ser lo suficientemente realista para entender qué pasa con las ciudades del México actual. Un buen guion y actuaciones limpias, complementadas con una banda sonora impactante que gracias a un adecuado uso minimalista de filmar escenas largas, de poca acción, pero en función de retratar durísimas situaciones cuyo eje sentimental está tan bien cultivado, la historia logra surgir de no actores y desenvuelve la vida de las subculturas desde su más natural peregrinar. El esfuerzo imparable por afrontar la adversidad, donde el mal se expande como un cáncer, otorga revelaciones que buscan marcar con una herida sangrante lo que está pasando y de lo que no somos del todo conscientes. 94/100
Rated 4.5/5 Stars •
Rated 4.5 out of 5 stars
02/27/23
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Audience Member
As a you mexican that lives on the ouskirts of the LGBT community, I may say this film is a vivid portrayal of a reality that we rarely get to see on screen. The distance the directors keeps between him and his subjects allows the story to flow in a very naturalistic way without falling into boredom.
Rated 5/5 Stars •
Rated 5 out of 5 stars
02/22/23
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Audience Member
A movie that works in multiple genres, I Promise You Anarchy is an entertaining LGBT thriller movie that is, perhaps, easily forgettable but a rewarding watch in the moment.
Rated 3/5 Stars •
Rated 3 out of 5 stars
01/29/23
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